Competitividad y productividad: llaves maestras para el desarrollo y la innovación en la fruticultura Andina
El proyecto desarrolla tecnologías de incremento de la calidad y adaptación al cambio climático de aguacate, pasifloras, cítricos y sus derivados. Sus resultados se están divulgando y transfiriendo a agricultores de Colombia, Ecuador y Perú.
El contexto de la historia
El sector frutícola, del que dependen muchos agricultores familiares, es de gran importancia en Colombia, Ecuador y Perú. Para competir en el mercado las frutas deben tener vida útil larga, estar libres de contaminantes nocivos y ser producidas en condiciones respetuosas con el medioambiente. Aumentar mejorar la calidad y oferta de frutas implica superar desafíos fitosanitarios, de investigación, asistencia técnica, infraestructura, de volatilidad de precios y acceso al crédito, entre otros. ¿Cómo desarrollar y validar innovaciones que permitan la intensificación sostenible de la fruticultura ante esos retos y en medio del cambio climático?
Tres condiciones para la competitividad: educación e información, investigación y calidad.
La iniciativa implementada
La moderación en el uso de agroquímicos, el manejo integrado de la fertilidad del suelo, una mejor gestión del agua, la captura de carbono, la adición de valor a las frutas y sus residuos con el enfoque de economía circular, son temas en los que el proyecto “Productividad y Competitividad Frutícola Andina” está trabajando para contribuir al crecimiento sostenible de la fruticultura en la región.
Tecnologías agrícolas de transformación, almacenamiento y empaque amigables con el medioambiente.
La solución tecnológica
Respecto de la adaptación al cambio climático se han hecho estudios sobre fertirriego en cultivos de aguacate, granadilla y gulupa. En la etapa de producción se han incrementado las certificaciones Global GAP de fruticultores. También se ha avanzado en: el monitoreo de residualidad de pesticidas en fruta, la evaluación fisicoquímica de cuatro variedades de pasifloras, tres de aguacate y dos de cítricos; seis estudios de vida de anaquel a dos condiciones de almacenamiento; la evaluación de las pérdidas de calidad durante la comercialización de dos variedades de aguacate y dos de maracuyá. Se han diseñado 22 prototipos de productos alimenticios, 3 cosméticos, 2 soportes de enzimas, 1 bioplástico y 1 bio-compuesto. Algunos de ellos cuentan con estudios de escalamiento, costos de producción e impacto ambiental. Dos ya están en el mercado.
Se evaluaron configuraciones de biorefinerías de cáscara de naranja y se propuso la co-combustión de este desecho con carbón para reducir su impacto ambiental.
“Para mí lo más importante del fertirriego es poder reducir los costos. Además, me sale mejor la fruta”.
Resultados
En Ecuador, para la zona de influencia, las plantaciones de aguacate con riego pasaron de 0 a 357 ha entre 2012 y 2019. En Colombia, la granja de ferti-riego de aguacate del proyecto ha aumentado un 35% la producción media en 18 meses de observación. Allí mismo, los proveedores de fruta al comercializador-transformador pasaron de 13 a 60 (aguacate) y las certificaciones Global-GAP crecieron de 5 a 32 entre 2017 y 2019. En cítricos, los proveedores con contratos a futuro subieron de 3 a 12 en el mismo período. En ambas frutas, exportaciones y ventas locales se incrementaron proporcionalmente. Se han diseñado 29 nuevos productos de agregación de valor y se han completado dos propuestas de biorefinería (maracuyá y naranja).
Productividad y competitividad frutícola andina
