Lupino: redescubriendo sus orígenes, trayectoria y potencial futuro
El lupino, cultivo milenario de los Andes altos, posee ventajas importantes como proteínas de calidad y mejorador de suelos. Ha tenido escaso desarrollo fuera de sus nichos de producción, sin embargo, se anticipa que esto cambiará a muy corto plazo.
El contexto de la historia
Los lupinos pertenecen a un género de amplia diseminación e incluyen tres especies domesticadas en el mediterráneo y norte de África y una cultivada en los Andes: L. mutabilis Sweet, el cual se considera semi-domesticado, ya que los genotipos actuales son amargos. Los lupinos se usan principalmente como alimento animal, pero su potencial también es enorme como alimento humano.
Su importancia descansa en su alto contenido de proteínas de calidad y su capacidad de fijar nitrógeno en el suelo. La hoja de ruta define las limitaciones para el desarrollo del cultivo, así como las acciones requeridas, metas específicas y condiciones habilitadoras.
Lupino: ¿revolución en la industria alimentaria?
La iniciativa implementada
El programa Mecanismos de Transferencia de Tecnología y Redes Climáticas en América Latina y el Caribe, cofinanciado por FONTAGRO y Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM), impulsa tecnologías ambientalmente apropiadas que contribuyan a reducir gases de efecto invernadero y reduzcan la vulnerabilidad al cambio climático de la agricultura familiar. Un proyecto que ha despertado interés es la revalorización de lupino el cual ha sido conducido por la Fundación PROINPA de Bolivia, el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) de Chile, y el Instituto Nacional Autónomo de Investigaciones Agropecuarias (INIAP) de Ecuador. Esta Hoja de Ruta del lupino discute el contexto actual del cultivo, señala limitaciones y propone acciones específicas para resolverlas.
Meta: lupinos de mayor calidad y productividad
La solución tecnológica
El objetivo es proponer una hoja de ruta para el escalamiento de la producción y el procesamiento de especies de lupino en Bolivia, Chile y Ecuador. Diseñada participativamente por especialistas de INIAF y PROINPA en Bolivia, INIA-Chile e INIAP-Ecuador, se basa en los resultados de un proyecto financiado por el FMAM a través de FONTAGRO.
La hoja de ruta propuesta tiene tres componentes: diagnóstico de los limitantes en cada país, descripción de las metas, descripción de las acciones propuestas y las condiciones habilitadoras para lograrlas.
"El interés de países de América Latina y europeos en el desarrollo del lupino se explica por sus excepcionales características nutricionales."
Países participantes
Resultados
Esta hoja de ruta abre una ventana de oportunidad a un cultivo históricamente relegado y que tiene un gran potencial para contribuir al mejoramiento económico, nutricional y ambiental de los sistemas de producción de la región, por las siguientes razones:
• El creciente interés de los países involucrados, a los que podrían sumarse Perú y México.
• El cúmulo de información científica y avances tecnológicos logrados, entre otros, por los participantes en el proyecto FONTAGRO.
• La necesidad de fortalecer el uso de Tecnologías Ambientalmente Racionales (TAR) en la agricultura familiar.
• La necesidad de mejorar la nutrición de poblaciones vulnerables.
• El potencial de mercado del lupino como alimento para personas y animales.